Ahora lo vi todo
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18 Historias sobre jefes que amaríamos tener, y otros malvados que existen

Los jefes son esas personas mágicas que pueden hacer que tu día en el trabajo sea una fiesta o una pesadilla. Algunos jefes son como unicornios brillantes, siempre te motivan y te hacen sentir que puedes conquistar el mundo. Mientras que otros parecen más bien dragones malhumorados que te escupen fuego cada vez que te acercas a ellos. Te compartimos algunas historias de usuarios que debieron convivir con distintos tipos de superiores.

  • Trabajas de forma remota, pero te llaman a la oficina. Expectativa: serás regañada por un trabajo mal realizado. Realidad: la jefa del departamento, que regresó de Indonesia, te regala una rana de juguete de la buena suerte y mantiene una conversación contigo: “Sería lindo mirar terrarios ahora, y no todo esto”. © ferdalangurinn / Twitter
  • Mi primera jefa era la peor que puedas imaginar. Solía ​​llamarme en medio de la noche (de 11:00 de la noche a 3:00 de la mañana) para quejarse de cosas que bien podían esperar hasta el horario de oficina. © allonsy90 / Reddit
  • Mi antiguo jefe se enojaba de manera irreal cuando los clientes se quejaban de los precios. Casi cada vez que esto sucedía, aumentaba el precio de ese producto y decía: “Cuanto menos vendo, tantos más ingresos tengo que obtener por cada producto para que valga la pena. Los compradores no tienen por qué ser tan tacaños”. © Unknown author / Reddit

A veces es mejor decir “adiós y hasta nunca”. Algunas personas deciden renunciar a tus trabajos, pero nunca nada es tan sencillo. Por eso, te recomendamos estos artículos:

  • Una vez vi cómo despidieron a un lavaplatos en un viejo restaurante donde trabajaba. Sucedió porque uno de los chefs se enojó y tiró un plato hacia el otro lado de la cocina. El plato se hizo añicos y unos segundos después entró el dueño. Sin hacer preguntas, simplemente despidió a la persona a cargo del lavado de platos. © romcore / Reddit
  • Mi supervisor me envió un correo electrónico diciendo que iba a reducir mis horas de trabajo, pero manteniendo mi salario igual. Porque él veía el valor de mi línea de trabajo y quería que me concentrara más en ella. Los ángeles nos rodean todos los días. © thandoau / Twitter
  • Estoy pensando en renunciar. Es imposible trabajar con mi jefe; siempre les echa la culpa de todo a los demás. Simplemente viene a mi oficina y comienza a exigirme que haga todo tipo de tonterías. Por ejemplo, pagar las facturas del teléfono, hacer la contabilidad, hacer informes de todos los pedidos y trabajar hasta tarde todos los días y los fines de semana. Y soy un ingeniero mecánico júnior. Todo esto por un pago mediocre y con el pretexto de: “Somos una startup”. Tenemos 18 ingenieros y técnicos, pero ni un solo administrador. © LigitBoy / Reddit
  • La empresa se estaba muriendo, las ventas caían, así que no ganaba mucho dinero. Mi director ejecutivo les dijo a todos en una reunión: “Si hay personas insatisfechas entre ustedes, entonces deberían buscar otro lugar para trabajar”. Y así lo hice. Aunque mi supervisor inmediato era increíble. Creo que quedó atrapado durante bastante tiempo allí. © beelz-a-bub / Reddit
  • Todavía puedo escuchar estas palabras en mi cabeza: “Te recogimos, te conseguimos un buen trabajo y tú, ingrata, ¡pides unas vacaciones de 2 semanas! Además, ¿quién eres tú para decir en voz alta lo que piensas?”. Se podría pensar que yo no era nadie hasta que me lavaron y me acogieron, y no que tenía 13 años de experiencia con una buena reputación en una fábrica. Además, claro, exigir 2 semanas de vacaciones en lugar de una (cuando corresponde un mes) es, por supuesto, el colmo de la insolencia. Así que solo me fui de allí. ¡Pero ahora tengo un jefe con el que solo podía soñar! © Elena Kachan / Facebook
  • Trabajo en un instituto de investigación. El director tiene una costumbre: a las 9:02 corre por las oficinas y verifica quién está en su lugar y quién no. La ciudad es grande, hay atascos de tráfico, el metro no está cerca. Por lo general, todos los empleados llegaban entre las 9:00 y las 9:15. Pero el director cree que esto es una vergüenza, exige notas explicativas, llama a los “infractores” a su despacho. Lo más interesante es que durante los primeros 40 minutos, todos beben té o café y hablan de “cosas de la vida”. Y recién después empiezan a trabajar. Una de mis colegas, en respuesta a otra queja, respondió melancólicamente: “¿Por qué el transportador del pensamiento científico no empieza sin mí?”. © Se***tsul Victoria / Facebook

¿Crees que tu jefe es malo? ¡Descubre que siempre puede haber alguno peor! No dejes de leer estas historias de superiores realmente malvados.

  • Conseguí un trabajo con período de prueba en una empresa. Decidieron que trabajaría sin emplearme oficialmente, por si se diera el caso de que no encajáramos, y así habría menos problemas con el papeleo. Llegó el día de pago. El jefe me llamó a la oficina. Yo, alegre, corrí tras mi “millón”. Pero él sacó una calculadora, multiplicó la cantidad pactada por 0,87 y dijo: “Impuesto sobre la renta. No importa que no estés empleado oficialmente, es un salario”.
  • Cuando estaba en la universidad y trabajaba en una pizzería, falleció mi abuela. Le dije a mi jefe que necesitaba días libres el viernes y el sábado, ya que iba a ir al funeral. Expresó sus condolencias y luego preguntó: “¿Cuántos años tenía?”. Después de que dije 75, comentó: “Lo que sea después de los 60 es tiempo extra. Así que no tienes que tomarte días libres para despedirte de ella”. Lo miré a los ojos y le dije que me iba y que devolvería mi uniforme la próxima vez. Cuando me fui, me gritó: “¿Qué? ¿No entiendes las bromas?”. © Daniel Ruck / Quora
  • ¡Amo a mi jefe! Se le ocurrió usar la “técnica del pomodoro” y me hace trabajar siguiéndola. Por ejemplo, si tengo un tiempo de descanso, mi jefe hace todo lo posible para distraerme del trabajo y hacer que descanse de verdad. El otro día vio que en lugar de almorzar, yo estaba sentada frente a mi laptop trabajando. Se acercó y dijo: “Ana, te despediré ahora mismo si no vas a almorzar. ¡Vete a comer ya mismo, y no tardes menos de media hora!”. Por gente como él amo mi trabajo.
  • Mi jefa en una organización sin fines de lucro era un par de años mayor que yo. Durante los 6 meses que trabajé allí, ni siquiera se molestó en asignarme una computadora de trabajo. Yo trabajaba por las mañanas y ella se presentaba más cerca de la hora del almuerzo y decía que podía usar su computadora, lo que en sí mismo era bastante molesto. Pero la mayoría de las veces, venía una hora antes de que me fuera y se quedaba de pie junto a mí, terminando su almuerzo, y observando mientras yo trabajaba en su escritorio. Le decía: “Buscaré otro lugar para trabajar”. A lo que ella respondía: “No, no, está bien así”. Y continuaba de pie junto a mí. © retrouvailles26 / Reddit

A veces los jefes no son los únicos insufribles. En muchas ocasiones, cuando se trabaja con atención al público, los clientes realmente pueden ser un fastidio.

  • Tenía un jefe al que le gustaba llegar temprano al trabajo, por lo que generalmente organizaba reuniones a las 6:30 de la mañana. A menudo enviaba un mensaje sobre eso a las 11:00 de la noche anterior, aunque en nuestros contratos estaba claramente establecido que el trabajo debería comenzar a las 9:00 de la mañana. © revmatty / Reddit
  • Fue hace un par de años. Yo recién había alquilado una habitación en un departamento compartido. Después del trabajo fui a una tienda a comprar víveres. Llevé un par de paquetes de fideos instantáneos, dulces, salchichas y pan. Me acerqué a la caja, descargué mis productos y vi que mi jefe ya estaba pagando los suyos. Salimos de la tienda y me preguntó:
    —¿Por qué comes fideos? ¿Por qué no compraste papas? ¿Huevos?
    —Es que... acabo de mudarme, todavía no tengo muchas cosas. Solo una tetera y un plato con un vaso.
    —Cuídate. Hay que comer bien.
    Y se fue. Llegué a trabajar al día siguiente y vi un nuevo microondas, una sartén y una manta con una almohada en la trastienda. Llamé a mi jefe y me dijo: “Es un regalo, solo tómalo y no hagas preguntas innecesarias”.
  • En el trabajo, nos acreditaron unos premios al día siguiente después del pago. Eran pequeños, de unos 70 USD cada uno. Y hoy, gracias a la esposa de mi jefe, supe que no se nos había asignado ningún bono. Fue mi jefe quien donó dinero de su propio salario para que no nos quedáramos sin premios de Año Nuevo.
  • El jefe hizo feliz a todo el equipo con la noticia de que a partir del próximo mes todos recibirían un bono genial. Todos pensaron que sería un aumento de salario, pero resultó que nuestro jefe no era tan simple. Dijo que ahora todos los jueves tendríamos un arroz pilaf gratis del establecimiento de al lado. Probablemente suene muy extraño, pero deberías haber visto nuestras caras felices. Ese restaurante tiene un pilaf muy sabroso, verdaderamente legendario, en el que todos gastan un buen porcentaje de su salario, ¡así que el “jueves de pilaf” es una verdadera felicidad! Eso es lo que yo llamo una buena comunicación entre jefes y empleados.
  • Tenía una entrevista de trabajo a las 15:00 y ese día estaba tan ocupada con cosas de la casa que me olvidé de eso. Me puse unas botas y salí corriendo. Ya en la oficina me di cuenta de que había salido de casa con una playera blanca y estaba sin brasier. Rápidamente empecé a buscar una salida a la situación, y mis ojos se posaron sobre la chaqueta de la secretaria. Superando la vergüenza y la incomodidad, le pedí a la mujer que me prestara su chaqueta. La solidaridad femenina jugó a mi favor, y pasé a ver al jefe más presentable. Después de un par de preguntas, él me dijo: “Estás contratada. ¿Qué hay que pensar? Veo que ya te has integrado al equipo, así que te espero mañana en el trabajo”. Señaló con la cabeza la chaqueta y se rio. Y cuando me iba, añadió: “Ah, sí, me olvidé de decir: no entregamos uniforme, trae tu ropa”. Llevo seis meses trabajando y el jefe sigue con el mismo sentido del humor.
Imagen de portada Daniel Ruck / Quora
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