Espectáculo

Lo que vemos en el cine es mera ficción. Sí, es cierto, algunas historias son de fantasía y otras están “basadas en hechos reales”, pero los directores y productores de películas casi siempre optan por meterle de su cosecha para apelar a las emociones, a lo aspiracional y a mostrarnos mundos que nos encantaría conocer y formar parte. Sin embargo, en algunas ocasiones caen en meros clichés que se repiten una y otra vez en sus obras y ya no se escapan del ojo crítico de los espectadores.

Construir una familia es difícil. Hay quienes dicen que nunca hay un momento perfecto para ello, y con las exigencias y las prisas de la vida moderna, podría ser cierto. Sin embargo, quienes desean ser padres aceptan casi cualquier desafío para lograrlo, incluso la espera y la incertidumbre. En esta ocasión, la historia de Cameron Díaz, quien comenzó su viaje hacia la maternidad a los 47 años, nos ayuda a darnos cuenta de que hasta las celebridades se encuentran con este tipo de decisiones importantes.

Cualquier persona que haya crecido en los años 2000, probablemente diga que Hannah Montana es una serie que marcó su infancia. El personaje interpretado por Miley Cyrus durante los cinco años de transmisión del programa nos enseñó “lo mejor de sus dos vidas”: Hannah, quien era una exitosa estrella pop y Miley, una adolescente viviendo plenamente la escuela secundaria.

Hollywood está repleto de personalidades de renombre que dejaron su huella en la historia, por eso, no es extraño que nuestras celebridades preferidas se inspiren en sus colegas, recreando alguno de sus atuendos más icónicos y las fiestas de Halloween suelen ser una gran oportunidad para hacerlo.

En los últimos 15 años, pocas series de libros y películas causaron tanta sensación para bien o para mal como la saga de Crepúsculo. Nuestra vampirezca historia contó y cuenta incluso en la modernidad con una cantidad impresionante de fans que la lanzaron a la fama.

El mundo del cine puede cautivarnos de tal manera que en momentos nos hace olvidar la realidad. Y los actores, con la ayuda de los maquilladores y vestuaristas, saben muy bien cómo llevar a cabo esto al pie de la letra. Desde convertirse en abuelas en pantalla sin tener ni una sola arruga hasta actuar de hijos o padres de otro actor que tiene su misma edad.

Hay películas que muestran toda la vida de un personaje y, por lo tanto, se necesita de diferentes artistas que actúen el mismo papel. Cuando en un rodaje se presenta la niñez y adultez de quienes forman parte de una historia, los productores activan su radar para encontrar celebridades que den justo en el clavo. No sólo se busca que se asemejen, sino que también logren una interpretación similar.

¿Cómo es el estilo de las celebridades en un día normal, es decir, cuando no tienen que asistir a un evento glamuroso? La respuesta es simple: muchas de ellas no son tan diferentes a nosotras. Si alguna vez tenemos la suerte de cruzarnos a una celebridad en la vida cotidiana, posiblemente nos daremos cuenta de que, al igual que todos, no tienen un equipo de belleza a su orden 24/7, y varias de ellas incluso priorizan un look relajado en el día a día.

Hay películas que jamás pasarán de moda. Juego de gemelas marcó la niñez o la adolescencia de muchísimas personas, además de lanzar al estrellato a una pequeña Lindsay Lohan. Aún podemos exclamar de vez en cuando “¡Oh, por Dios, Copito!” o intentar hacer el imposible saludo entre Annie y Martin, su mayordomo. Toma unas Oreos con mantequilla de maní y prepárate para rememorar este inolvidable filme.

La llegada de un nuevo integrante a la familia es una noticia que puede alegrar los corazones de todos. Cada embarazo es diferente, pero si en algo se asemejan es que cuando toca el momento de mostrarlo al mundo, generalmente se hace con alegría y amor. Hay artistas que no se quedan atrás y, además, a sus anuncios le echan una pizca de su bromista interior logrando fotografías que probablemente queden estampadas en sus recuerdos.

El mundo de las celebridades es uno lleno de glamur, luces y alfombras rojas en el cual a veces, como espectadores, olvidamos que los famosos son personas con una vida privada tal como la nuestra. Hoy en día, es común que ellos usen las redes sociales para compartir el paso a paso del crecimiento de sus bebés, pero antes teníamos que conformarnos con las apariciones esporádicas de los niños con sus padres en estrenos o eventos, y desde entonces, ellos han crecido, formado su propia vida y se han convertido en adultos.

Nadie se salva del paso del tiempo. Las personas crecemos y nuestros rasgos acompañan a los años vividos. Y en esto no hay excepciones, ni siquiera para esos actores que parecen haber quedado atrapados dentro de los filmes que protagonizaron cuando eran tan solo unos niños. Este es el caso de los pequeños intérpretes de la década de los noventa, que hoy en día se han convertido en adultos, al igual que la gran mayoría del público que los veía en ese entonces.

Detrás de toda película hay un enorme trabajo. Los cineastas pasan meses pensando los detalles necesarios para lograr el objetivo final. Cada escena está minuciosamente estudiada para luego unirse a las demás, y así alcanzar la gran producción definitiva. Eso no quita que el equipo de personas detrás de esa ardua creación pueda confundirse. Al fin y al cabo, se trata de seres humanos y hay cosas que pueden fallar.

Ver películas de acción o fantasía, con toda la magia de su historia y personajes, puede ser algo grandioso. Pero el séptimo arte tiene un mundo escondido: el detrás de escena. Allí, los equipos de maquillaje, vestuario, efectos especiales y edición se unen para poder brindar lo mejor a cada cinta.

La serie de Shonda Rhimes que empezó en el 2005 y ya lleva 18 temporadas fue un éxito rotundo en la televisión mundial y sigue sumando capítulos. Su público parece haber quedado hipnotizado con las historias de amor entre pasillos de hospital, vidas privadas de médicos e historias realmente conmovedoras. Pero no todo es lo que se ve en pantalla en el mundo de las telenovelas y, a veces, conocer ciertas curiosidades del detrás de escena puede ser muy interesante, sobre todo si eres un fanático empedernido de la serie protagonizada por Ellen Pompeo.

Indudablemente, El diablo viste a la moda se convirtió en una película de culto. Desde las locuras de Andy intentando insertarse en el mundo de la alta costura a la personalidad de Miranda que admiramos pero odiamos al mismo tiempo, no existen dudas de que se volvió un ícono cultural. No solamente nos enamoramos de los personajes, sino que también nos enchulamos con la ropa y los accesorios que portaban. Seamos honestos, todos queríamos tener acceso al armario de las oficinas de la revista, ¿no?

Se supone que las películas y series de dibujos animados están dirigidas para los pequeños de la casa, pero esto no quita que los más grandecitos se enganchen con las historias y luego no puedan dejar de verlas una y otra vez. De hecho, hay algunos que, luego de reproducirlas tanto, sacan su celular y comparten esos guiños, pistas, secretos y hasta mensajes ocultos que encontraron.

Mirar fotos viejas es una actividad que muchas veces puede resultar muy divertida. Imagínate lo que sería si, además de verlas, las rehiciéramos. Probablemente, nos dolería el estómago de tanto reírnos. Para algunos artistas, esta parece ser no solo una gran oportunidad para crear nuevos recuerdos, sino también para mostrarle a su público lo buenos que son haciéndolo.

Todas las familias tienen sus problemas, y ni siquiera los famosos corren con la suerte de librarse de esos conflictos. Por el contrario, para muchos, ser figuras públicas incluso puede complicar las cosas. Para Jack Nicholson, la fama jugó un papel muy importante para que descubriera un gran secreto que se mantuvo por años en su hogar.

Producir una película es un trabajo magistral tras el cual hay un gran equipo involucrado. Comenzando por el guion, pasa por muchas etapas y termina con la última palabra del director a la hora de su ejecución. Lo que los espectadores no sabemos es que, muchas veces, los realizadores esconden en escenas algún dato curioso que quieren mostrar con sutileza.