Humor y risa

Trabajar en un restaurante puede generar historias de comensales agradecidos y otras de algunos que, pareciera, ese día se levantaron con el pie izquierdo. Y es que hay una línea que diferencia un pedido “especial” de uno ilógico, y esto genera una serie de sucesos que podrían resultar hasta cómicos en ciertos casos.

La infancia puede ser un momento curioso de la vida en el que todos los días descubrimos algo nuevo. Muchos pequeños pasan sus primeros años llenos de curiosidad e impacientes por comprender lo que está a su alrededor, aunque, en ocasiones, las cosas escapan de su comprensión. Si bien, ese periodo de adaptación puede llevar a malos entendidos, es un grato indicativo de que sus pequeñas mentes están trabajando a toda máquina.

Los niños pueden hacer muy felices a sus padres con su mera existencia. Otras veces, les dan ganas de dejar todo por unos días y tomarse vacaciones. Y en el medio de este limbo de emociones, algo certero es que en repetidas ocaciones los retoños nos hacen reír con sus ocurrencias infantiles.

Crecer puede ser, sin duda, un desafío. Con el paso de los años, las cosas a nuestro alrededor cambian y cada día un reto diferente nos espera. Tal vez sería muy abrumador pasar por todos los problemas de la adultez sin mamás y papás que nos reconforten y nos conozcan tan bien, que siempre encuentran la manera de hacernos sentir como si nada malo pudiera pasar.

La primera etapa de la educación es, quizá, la más significativa: nuestro cerebro comienza a absorber información compleja, amistades de por vida siembran su semilla, nuestra personalidad se transforma, entre otras cosas. Es también ese momento extraño donde compañeros actúan alocadamente, cruzan su etapa rebelde, tienen su primer amor, y otros escenarios que demuestran lo particular que es esta fase de la vida se hacen presentes.

Muchos padres podrán afirmar que no hay mayor felicidad que el día que nacieron sus niños. Probablemente, desde antes de su llegada, sus familiares les advirtieron de los curiosos y traviesos que podrían ser. Pero como dice el dicho “ver para creer”. Así que, cuando los chiquitines comenzaron a gatear y caminar, se desató el caos en el hogar. Su infinita creatividad convierte todo lo que ven a su alrededor como áreas de juego y más vale estar pendientes de sus ocurrencias.

Nunca deseamos que nos ocurran situaciones que nos pongan en peligro, pero el factor humano tiene mucho que ver a la hora de enfrentar alguna de ellas, por lo que es importante tener en orden todos los elementos que nos puedan ayudar en un momento de emergencia y de la misma forma evitar colocarse en riesgo.

Las primeras citas generan muchos sentimientos, desde nervios y enamoramiento hasta enojo y frustración. Algo es seguro: drama no le faltan a estos encuentros. Afortunadamente, y por más terrible que sea la experiencia, siempre podemos contarle lo sucedido a nuestros amigos y familiares y reírnos de lo sucedido.

Trabajar atendiendo personas puede ser agotador. Si bien se requiere mucha paciencia y amabilidad para tratar con los clientes, los protagonistas de la sección de hoy tienen en cambio una gran cuota de sarcasmo. Sin duda, la forma en la que estos vendedores lidiaron con los problemas que se les presentaron resulta cuanto menos graciosa.

Ser padre es una gran responsabilidad, pero esta responsabilidad también conlleva muchas risas, ya que los niños son una fuente inagotable de diversión. Otros miembros de la familia también contribuyen a hacer que nuestra vida sea más feliz. Por eso nunca llegas a aburrirte cuando estás con tus seres queridos.

Por más que intentemos estar preparados o ser cuidadosos en el día a día, no podremos evitar meter la pata. En lugar de enojarnos, una opción más sana es aprender de estos momentos incómodos o, al menos, reírnos al respecto. También podemos hacer lo que hicieron estas personas: tomar una foto de ese divertido percance y compartirla con otros usuarios de la red.

Es cierto que cada cabeza es un mundo. Los estándares de calidad, por su parte, parecen no ser universales. Así pues, ya sea porque la definición de “bien hecho” es variable, o porque a veces los responsables simplemente no tienen mucho interés en hacer lo que se espera de su tarea, podemos encontrar resultados que nos hacen decir “¿qué rayos?”.

Podríamos decir que es muy fácil cometer un error de dedo y marcar el número telefónico incorrecto al hacer una llamada. ¿Pero qué tal cuando eres tú el que contesta? Las personas que vivieron esto mismo y que conoceremos en las historias que te presentamos a continuación, nos muestran que hay una gran cantidad de posibles desenlaces en tal situación.

La industria del diseño y el marketing sabe muy bien cómo vendernos sus productos. Tanto es así que, a veces, el aroma de un champú es igual o más tentador que el de un pastel recién salido del horno. Y con los empaques puede pasar lo mismo. Lo que entra por los ojos ¿también puede hacerlo por la boca? La respuesta, por el bien de todos, es: probablemente no.

Si tienes mascotas, es probable que en más de alguna ocasión, hayan causado problemas. Sin embargo, hay de travesuras a travesuras, y, a veces, tener un adorable peludito, hace que la tarea de ser dueños responsables se vuelva complicada cuando su simpatía es mayor que sus diabluras. Incluso, pareciera que saben bien cómo evitar los regaños.

El mundo del diseño se rige por la creatividad; sin embargo, existen ciertas normas y reglas que deben seguirse al momento de crear una nueva pieza o producto. Los diseñadores requieren de mucho tiempo y habilidad para producir algo, por lo tanto, los errores suelen ser algo común. Eso no significa que, en ciertas ocasiones, estas equivocaciones sean a propósito, ya que saben exactamente lo que deben hacer, pero deciden liberar su rebeldía interna y dejarse llevar por su imaginación.

Cuando en la familia hay gemelos, cualquier experiencia es especial y puede ser digna de convertirse en una divertida anécdota. Si comparten aventuras, cada uno de los hermanos contará una versión propia (que pueden o no coincidir) de lo que les ocurrió. Para diferenciar al uno del otro, tal vez nos ayude observar la manera de vestirse que tienen, sus personalidades, su grupo de amigos y los intereses que los caracterizan. Sin embargo, no siempre es posible saber quién es quién.

Quienes compartimos nuestra vida con un perrito tenemos la fortuna de conocer el amor más grande e incondicional que ni algunos humanos son capaces de dar. Pero si a ese amor le puedes sumar la gratitud de haberle brindado una vida digna a un perro en situación de calle, pfff... el sentimiento se vuelve tan grande que deja de caber en el cuerpo. Así lo sentimos los humanos; pero ¿y ellos?

Un día somos chicos y al siguiente hemos crecido para convertirnos en adultos sin poder mirar atrás. En ocasiones pareciera que los niños lo saben, y que por eso aprovechan la vida al máximo, especialmente para dejar en claro su opinión sincera en cualquier oportunidad que se les presente.

Los días en la escuela podían ser un poco aburridos, pero todo mejoraba si abrías tu lapicera y tenías miles de marcadores y lápices de colores, o te la pasabas haciendo dibujos en los pupitres con tus compañeros. Aunque en ese momento queríamos que todo terminara pronto, ahora rememoramos esa época y nos gustaría repetirla.